Norberto E. García - Consultor Internacional – negarcia@speedy.com.pe
El diagnóstico predominante entre los asesores y líderes del Gobierno de Alemania, es que en España se incurrió en un exceso de gasto público que generó un endeudamiento mayúsculo. Sumado a ello, la prodigalidad salarial condujo a una pérdida de competitividad precio. Por lo tanto, la solución pasa por una gigantesca reducción del gasto público y de los salarios. EL BCE no debe intervenir en la adquisición de títulos de la deuda de España en los mercados secundarios – y menos aún actuar como prestamista de última instancia – para obligar a España a implementar las reformas que teóricamente corregirían los desajustes enfrentados. En la práctica, al ser implementada esa solución sobre una economía que viene contrayéndose desde el 2009, conduce irremediablemente a una recesión continuada por años que incrementará el 25 % de desempleo verificado a inicios del 2012 y no generará el menor atisbo de crecimiento económico sustentable. Dicho de otra manera, España ha quedado metida dentro de un gigantesco y prolongado pantano.
El diagnóstico predominante entre los asesores y líderes de Alemania no está avalado por la información estadística. Hasta el 2007 inclusive, España registró un superávit fiscal, superior al de Alemania y al de la media de la Eurozona. Pero al mismo tiempo, el déficit externo de España se elevó desde 0 % del PIB en 1999 a 8 % del PIB en el 2008. Este déficit externo fue balanceado con una enorme corriente de ingresos de capitales financieros, gran parte de ellos proveniente de los bancos alemanes que buscaban oportunidades de inversión para los excedentes que Alemania obtenía del aumento de sus exportaciones netas a toda la Unión Europea.