Julimar da Silva Bichara- Universidad Autónoma de Madrid - Augusto Plató
¡Por favor, echen un vistazo a las tasas de paro de los países desarrollados no Euro y su evolución desde 2010!
La Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), dos organismos cuyos dirigentes no hemos elegido democráticamente y que, por lo tanto, no tienen legitimidad democrática, vuelven a “proponer” nuevas medidas de ajuste restrictivas a los españoles, con la excusa de que son necesarias para reducir el desempleo en España. Vuelven, una vez más, con el mismo cuento: que el problema del paro es un problema de oferta; que los trabajadores españoles siguen siendo muy costosos y que, por lo tanto, es necesario reducir esos costes. Insisten, una vez más con la famosa dualidad del mercado de trabajo español, como si sólo existiera en España, y ahora, además, presionan para reducir la prestación por desempleo.
Para empezar el análisis, es importante definir adecuadamente lo que significa la dualidad del mercado de trabajo para entender lo que quieren decir los policy makers cuando proponen más reformas para reducir la famosa dualidad del mercado laboral español. Los análisis sobre los determinantes y efectos de la dualidad del mercado de trabajo surgen, fundamentalmente, de las ideas de Michael Piore y Peter Doeringer. Ello básicamente significa que no existe un único mercado de trabajo, sino que existirían múltiples mercados de trabajo que funcionarían con características diferentes. Existen múltiples determinantes para dicho fenómeno, tanto desde el lado de la demanda, como de la oferta y de la regulación de las relaciones laborales. Por ejemplo, podrían generar diferentes mercados de trabajo las diferencia de tamaño de las empresas, de nivel de intensidad tecnológica, de cualificación de los trabajadores, la regulación laboral, el ámbito de cobertura de la negociación colectiva, etc.
La teoría institucionalista que fundamenta y explica ese comportamiento diferenciado de las relaciones laborales caracteriza la dualidad del mercado de trabajo, a modo de resumen y para simplificar el análisis, en dos mercados: el primario y el secundario. Para no extendernos (los interesados en profundizar en el tema se recomienda una lectura del capítulo 4 del libro de Economía del Trabajo y Política Laboral de Santos M. Ruesga), el mercado primario estaría formado por los buenos puestos de trabajo, es decir, trabajos más estables, con posibilidad de trayectoria ascendente, de elevada productividad, grandes empresas y, por lo tanto, mayores salarios, un uso intensivo de la tecnología, con una cierta protección por parte de la negociación colectiva y también de capital humano y una demanda más estable. Por otro lado, el mercado secundario, estaría formado por los puestos de trabajo más precarios, de baja productividad, bajos salarios, poca perspectiva de ascensión profesional, pocas exigencias de formación, pequeñas empresas, poca o ninguna cobertura de la negociación colectiva y una demanda más inestable.