martes, 29 de enero de 2013

Diferencias salariales

Ana I. Viñas Apaolaza - Augusto Plató

Diez razones que explican las diferencias salariales en los sectores público y privado 

El pasado 24 de octubre el INE publicaba la versión cuatrienal de la Encuesta de Estructura Salarial (EES) con algunos resultados que han servido para generar polémica tanto en los medios de comunicación como en las instituciones públicas. 

La EES es una encuesta que realiza el INE, cada cuatro años (con datos de 1995, 2002, 2006 y la última de 2010), y en el marco de las indicaciones de la Unión Europea, con el fin de comparar los niveles y distribución de salarios entre los Estados Miembros. Entre las variables que se estudian se encuentra la naturaleza del empleador: público o privado. 

En este sentido, la nota de prensa difundía que el salario anual en 2010 en el sector público fue un 30,8% superior al salario medio, mientras que las cifras para los salarios en el sector privado se encontraban por debajo. 

El fuego generado por estos resultados se avivó a raíz de la publicación del INE, el 21 de noviembre, del módulo de deciles salariales del trabajo principal, que contiene la Encuesta de Población Activa (EPA) desde 2010. Según las estadísticas, “en 2011 el 59,7% (1,9 millones de personas) de los asalariados del sector público tienen un salario bruto mensual superior a 2.071,8€. El porcentaje correspondiente en el sector privado es del 21,9% (2,6 millones de personas)”. 

Ante las dos posiciones encontradas – en un lado, las críticas lanzadas desde los ámbitos públicos sobre la veracidad y fiabilidad de estos datos; en el otro lado, los que utilizan estos datos para justificar y aprobar el recorte de los salarios de los empleados públicos- es necesario hacer algunas aclaraciones metodológicas, y objetivas, de las encuestas, que explican las diferencias entre los salarios públicos y los privados. 

Si bien el colectivo encuestado en la EPA y en la EES difieren sensiblemente (en la EPA están incluidos el servicio doméstico, el sector agrario y todo tipo de administraciones y empresas públicas, tanto los trabajadores adscritos a Mutualidades como los que cotizan a la Seguridad Social; mientras en la EES no se contemplan los dos primeros grupos y sólo en la última edición se han incluido los empleados públicos que cotizan al Régimen General de la Seguridad Social, aunque no los adscritos a mutualidades), las diez razones siguientes ofrecen luz sobre las diferencias existentes entre los sectores público y privado: 
1. Debido a la consideración de asalariados (se excluyen de esta categoría empleadores y cualquier otro cargo o mando que contemple la participación en el capital o la empresa), los salarios más elevados se encuentran en el sector público. La mayor parte de los trabajadores con elevados salarios en el sector privado no son considerados asalariados, sino que poseen otro tipo de relación laboral (en general son empresarios, que son los que obtienen mayores ingresos de la actividad). 

2. La EES excluye el sector agrario, el servicio doméstico y parcialmente a los asalariados públicos; no están incluidos los afiliados a las mutualidades, que representan alrededor de un tercio de los funcionarios. Así, la encuesta está formada por un 17% de asalariados públicos y por un 83% de asalariados del sector privado.


3. No es posible hacer una comparación estricta por no ser las mismas las actividades económicas las que se representan en uno y otro sector. Los asalariados del sector público se concentran en ramas de actividad que requieren un elevado nivel de cualificación (Administración Pública y Seguridad Social, educación y actividades sanitarias y de servicios sociales). El mayor peso relativo de asalariados del sector público en actividades que exigen esta mayor cualificación explica su mayor concentración relativa en salarios altos respecto a los asalariados del sector privado. En cambio, el mayor peso de los asalariados del sector privado se encuentra en las ramas de construcción, comercio y hostelería, donde la cualificación exigida es inferior. 




jueves, 24 de enero de 2013

La reforma laboral tiene efectos...

... negativos, muy negativos, sobre el mercado de trabajo, tal y como señalan los datos de la Encuesta de Población Activa publicados por el Instituto Nacional de Estadística. En esta EPA, que concluye el año 2012, se constata la nueva oleada de destrucción de empleo (850.400 ocupados menos en el último año), tanto en el sector público (con 218.900 asalariados menos en el sector), como, especialmente, en el sector privado, donde en el 4º trimestre de 2012 hay 684.800 asalariados menos que hace un año. 


Hay menos asalariados indefinidos, 903.700 menos que hace un año, y menos temporales, concretamente, 499.200 menos.


Y si no fuera por la evolución de la población activa (salida de población extranjera: 175.600 extranjeros activos menos que hace un año, y nacional, masculina especialmente: 102.600 activos menos), la tasa de paro se hubiera disparado por encima del 26 por ciento.


En definitiva, unos datos que no hacen sino confirmar que los brotes verdes no asoman, por mucho que el Gobierno se empeñe en pintarnos de ese color el futuro. Si no cambian las políticas, difícilmente mejorará la situación. Resulta complicado pensar que una Europa en recesión logre tirar de la economía española. Los deberes también están en casa.

Coyuntura laboral: tercer trimestre de 2012


Continuamos la sección de Coyuntura laboral, donde queremos compartir los análisis que realizamos sobre la situación del mercado de trabajo en España.

CLAP-3T2012

En este CLAP del tercer trimestre del año, se atisban ya los efectos de la reforma laboral (mayor destrucción de empleo) y la falta de actividad económica, analizando la oferta y la demanda de trabajo, así como el desequilibrio en el mercado de trabajo en España.

martes, 22 de enero de 2013

¿Error, estupidez o ideología?


Norberto E. García – Consultor Internacional - negarcia@speedy.com.pe

El 3 de enero del 2013 el FMI difundió varios análisis referidos a España o que afectan a las políticas en marcha en nuestro país. Un primer anunció ratificó que el FMI espera para el 2013 una contracción adicional de la economía española de 1,5 por ciento medida por el PIB – en contraste con la contracción de 0,5 por ciento proyectada por el actual Gobierno. No se entiende entonces porqué el Sr. de Guindos anunció días atrás que en el segundo semestre de este año comenzaría una significativa creación de empleos, lo que requeriría previamente una tasa de crecimiento del PIB superior a 2,5 por ciento 

Un segundo anuncio del FMI es que el déficit público se situará en aproximadamente 7 por ciento del PIB en 2012, y si se incluyen los recursos para el salvataje de la banca, llegará al 8 por ciento. Ambas cifras son muy superiores a la meta inicial de 4,5 por ciento declarada por el actual Gobierno – y a la posterior meta revisada del 6,3 por ciento del Gobierno y de la UE. Lo mismo espera el FMI para el 2013 – un déficit público de 6,5 por ciento del PIB muy superior al 3 por ciento declarado inicialmente por el Gobierno y a la meta revisada de 4,5 por ciento del Gobierno y UE - y hace énfasis en que el objetivo de alcanzar un Déficit/PIB de 3 por ciento establecido por la Comisión Europea, no será alcanzado en el 2014 sino años más tarde. 

El tercer hecho es la difusión de una investigación econométrica efectuada por Olivier Blanchard – Economista Jefe del FMI – y Daniel Leigh, economista de la misma institución[1]. Con información del período 2009-11 y cubriendo una amplia muestra de países – incluyendo 26 países de la Unión Europea – Blanchard y Leigh encuentran que los programas de ajuste subestimaron gravemente el efecto contractivo de la política de austeridad fiscal extrema implementada en esos años en diversas experiencias. 


jueves, 17 de enero de 2013

Esto sí que es "riesgo moral"

Santos M. Ruesga y José Manuel Lasierra - Augusto Plató

En los últimos años se ha puesto muy en boga, en los ámbitos económicos, el concepto de “riesgo moral”. El término parece que tiene su origen en el siglo XVII cuando los banqueros comienzan a utilizarlo con cierta frecuencia. En el sector financiero hace referencia a, en palabras de Paul Krugman (El retorno de la economía de la depresión y la crisis actual), “cualquier situación donde una persona decide cuánto riesgo tomar mientras que alguien más paga el coste si las cosas salen mal”. Lo que trasladado al ámbito financiero más inmediato, se ha materializado en la crisis que estamos padeciendo. Recuerden cómo una serie de ejecutivos del club de la “ingeniería financiera” asumieron unas dosis importantes de “riesgo moral”, con los productos financieros construidos a partir de las denominada hipotecas “subprimes” de Estados Unidos, que dieron lugar a CDO’s u otras sofisticaciones que acabaron engrosando el activo de múltiples entidades a lo largo y ancho de todo el planeta, y, en última instancia, de inversores individuales o colectivos, para acabar dando pie a quiebras encadenadas que abrieron paso a la mayor recesión económica mundial conocida. Y todo ello sin que los artífices de tal asunción de riesgo hayan pagado prácticamente nada (no solo en términos monetarios) por el irresponsable y oneroso riesgo asumido. Los efectos de tal grado de amoralidad en la asunción de riesgos se están trasladando en unos casos a clientes y socios corporativos de las entidades financieras y, en otros, como es el caso español, al conjunto de los ciudadanos al asumir el Estado, por decisión de sucesivos y diferentes gobiernos, las lacras de tal proceder. Y, por supuesto, de manera más generalizada a todos los ciudadanos, que de un modo u otro estamos pagando el coste de la crisis en la que degeneraron tales prácticas de “riesgo moral”. 

El tópico paradigma aplicado a las entidades financieras, que son demasiado grandes como para quebrar -lo llevaría consigo un elevado riesgo sistémico para el conjunto de la economía nacional-, es la base para justificar la presencia de tales actitudes por parte de los gestores financieros, actitudes típicas de lo se ha definido como “riesgo moral”. Y tal concepto está sirviendo de justificación para múltiples actitudes y comportamientos, no sólo en el plano individual sino también en el de las relaciones entre los Estados. Véanse sino los numerosos comentarios de políticos europeos de toda índole, particularmente de origen alemán, quienes vienen justificando sus reticencias sobre la aplicación de programas de rescate a la endeudada economía pública griega, con comentarios que explotan hasta la saciedad el “ riesgo moral” en el que la parecer habrían incurrido los ciudadanos griegos, atribuyendo a sucesivos gobiernos helenos la asunción de un elevado riesgo, con un estado embarcado en un elevado nivel de endeudamiento en el que ha incurrido en los años de crecimiento, cuando accedían a empréstitos con un gran alegría para gastarlos con mayor alegría aún, se dice, interpretando que dichos gobiernos no asumían ningún coste por dichos comportamientos, costes que se trasladarían ahora al resto de los europeos si se otorgaran rescates generosos a la economía griega. Parece entenderse así que de no poner coto a esas irresponsables comportamientos de la clase política griega, penalizando con durísimos programas de ajuste a toda la población, se podría producir contagio a otros espacios o tiempos de tales comportamientos. 


martes, 15 de enero de 2013

¿Crecimiento económico en el 2013?

Norberto E. García – Consultor Internacional – negarcia@speedy.com.pe 

Diferentes representantes del actual Gobierno vienen sosteniendo por diversos medios de comunicación, que en este 2013 España iniciaría su recuperación y crecimiento económico. 

Pero si observamos las proyecciones para el 2013 más recientes, del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la Unión Europea (UE) y de la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECDE), los tres organismos internacionales coinciden en que la recesión continuará en España en el 2013 – su economía seguirá contrayéndose y el desempleo aumentará hasta un récord histórico cercano al 27 por ciento. 

En consecuencia uno se pregunta si el actual Gobierno desconoce la realidad o si prefiere que los españoles visualicen un mundo de fantasía y por esa vía trate de mantener a su pueblo en la ignorancia, a través de declaraciones como las que se vienen comentando, aprovechando su dominio de medios como la Televisión. 

Cuatro años (2008-11) de contracción económica, alto desempleo y recortes de gasto de todo tipo, seguidos por un quinto año (2012) en que un Gobierno agudiza a nivel intolerable las tendencias contractivas de los años previos, están evidentemente contribuyendo a crear un sufrimiento colectivo del pueblo español como no se registra desde la Guerra Civil. Más serio aún, esas tendencias están comenzando a desintegrar el tejido social de España, paso a paso y jirón a jirón. Como consecuencia de ello, las carencias y conflictos de todo tipo se multiplican en lugar de reducirse. Esto es una seria amenaza a la cohesión social mínima requerida para que un pueblo pueda vivir en paz y en democracia. Extender este proceso hacia el futuro (2013 y eventualmente años posteriores) es una apuesta que linda en lo irresponsable. 

En consecuencia, España parece haber alcanzado una situación en la que no sólo ha fracasado estruendosamente – como en otros países de Europa del Sur – la receta de la austeridad fiscal extrema más la llamada devaluación interna (el recorte de salarios), sino que además el país está entrando, peligrosamente a una fase en la que está en juego no sólo la falta de crecimiento económico, un nivel de desempleo insostenible y una pérdida de bienestar social sólo registrada en épocas de guerra. Está en juego el grado de cohesión social de la sociedad española, que ante la tracción desencadenada por recetas de política económica totalmente erradas, comienza un rápido y peligroso proceso de desintegración social y política que se percibe ya en muchos planos del quehacer del país – en la reacción de Autonomías que dan peligrosos pasos para sacarse de encima el yugo financiero, en los gremios de la salud que agudizan la precaria atención generada por los recortes, en la resistencia abierta en el sector educación, en la conflictividad casi diaria en las ciudades españolas, en las huelgas frecuentes, en la migración al exterior de la juventud con mayores capacidades, y en la diseminación en la sociedad de un impulso peligroso de sálvese quien pueda y como pueda. 

Un Gobierno que no sepa leer los indicadores de fracaso de su política económica – y prefiera esconderlo con declaraciones de fantasía – y que no preste atención a las tendencias ya evidentes hacia la desintegración social, enfrenta la probabilidad de que en el futuro las mismas se agudicen hasta un clima de ruptura social. Es por ello que tanto el partido de Gobierno como los partidos de oposición, y la propia sociedad civil, deben reaccionar y actuar y deben actuar ahora, para prevenir esa ruptura, basados en la información real y no en declaraciones de fantasía efectuadas a los medios que evitan que la población conozca la verdad.

jueves, 10 de enero de 2013

Factores de riesgo

Manuel Pérez Trujillo - Universidad Autónoma de Madrid - Augusto Plató

El endeudamiento combinado con un bajo potencial de crecimiento económico: factores de riesgo 

La crisis europea, centrada principalmente en las economías periféricas, sigue siendo un potencial riesgo para el sistema financiero y, en definitiva, la economía mundial. El bajo nivel de crecimiento económico previsto para los países que han sufrido con mayor virulencia la crisis, junto con su elevado endeudamiento a futuro, son un riesgo potencial ante una eventual suspensión de pagos. 

Una mala combinación de políticas de ajuste y austeridad durante el periodo de crisis económica no solo han hecho mella en el deterioro de las cuentas públicas –deteriorando la capacidad recaudatoria por reducción de ingresos en las economías afectadas-, sino que han debilitado aún más la capacidad de crecimiento, poniendo en riesgo el posible pago de la deuda, la cual aumenta retroalimentada por los crecientes intereses ante la desconfianza generalizada que, aunque en el corto plazo parece amainar, se mantiene en el sistema financiero. De esta forma el endeudamiento se convierte en una soga sobre el crecimiento, que lo estrecha hasta el punto de estrangularlo, haciéndose la soga más rígida a medida que la economía se hace más dependiente del endeudamiento, principalmente para poder refinanciar el endeudamiento anterior, convirtiendo la situación en un bucle. 

El gráfico 1 da una visión de los descrito, pudiendo observarse cómo las condiciones de financiación de las economías periféricas se han visto deteriorada a partir del año 2010 –año en el cual Grecia solicitó el rescate financiero-, a la vez que el nivel de endeudamiento de estas economías tiende a superar en la mayoría de los casos el 100 por cien del PIB.
Fuente: Banco Mundial (Data Service Information) yelaboración propia.
*Los valores para la deuda pública en 2012 y 2013están basados en previsiones.
Por otra parte, el gráfico 2 muestra el PIB potencial para las economías periféricas. El PIB potencial es la referencia utilizada para definir el nivel de producción que una economía puede producir a una tasa de crecimiento constante de la inflación. Éste refleja la capacidad de crecimiento que la economía posee, sirviendo para estimar su crecimiento potencial a largo plazo. En la actualidad se puede observar cómo esta capacidad de crecimiento económico tiende a experimentar un ligero estancamiento a partir del comienzo de la crisis económica en 2007, que se convierte en caída en el año 2009, acelerándose el ritmo de descenso durante el año 2011, siendo la estimación llevada a cabo para 2013 de continuidad en la caída.

Fuente: Elaboración propia condatos del Banco Mundial (Data Service Information). 
*2013 último dato aportado para la serie.
Ambos gráficos indican un potencial riesgo de insolvencia, pues la economía necesitará crecer a un ritmo superior al sobrecoste para financiarse –especialmente cuando el nivel de endeudamiento supera el 100 por cien del PIB-, ya que en caso contrario sería incapaz de pagar la deuda sin deteriorar su nivel de crecimiento económico, lo que irremediablemente conduciría a la suspensión de pagos. Esto implica la imperante necesidad de establecer un serio programa de estímulos a nivel europeo -pues las economías afectadas no tienen margen para poder llevarlo a cabo- que permita que las medidas de ajuste y reformas emprendidas puedan realmente funcionar, solo así realmente se conseguirá reestablecer la confianza en el sistema financiero y la credibilidad en la Eurozona.

martes, 8 de enero de 2013

América Latina emergente

Una de las afirmaciones más recurrentes en los foros internacionales sobre el presente y futuro de América Latina, caracterizada por ser una región emergente con países protagonistas destacados en la nueva geografía económica internacional como Brasil en primer lugar seguido de México miembros ambos del grupo de los BRICS, es que ésta será su década. 

Ramón Casilda Béjar, explica en este nuevo libro, cómo América Latina ha logrado no solo resistir la crisis económica mundial desde su fortaleza macroeconómica, sino remontarla, continuar su crecimiento y ofrecer perspectivas alentadoras a través de la estabilidad económica, con medidas y políticas públicas que neutralicen las vulnerabilidades históricas y se saque el mejor partido a las nuevas oportunidades comerciales; la industrialización como forma definitiva para entrar en la lógica y dinámica de las sociedades modernas de la información y el conocimiento, que indica una clara oportunidad, que debe ser asumida como un gran desafío tecnológico, educativo y evidentemente empresarial; la irrupción de las empresas multilatinas como resultado de un mayor desarrollo económico que hace a las empresas buscar nuevos mercados internacionalizándose desde su mayores eficiencias competitivas; y la nueva geoeconomía que ha hecho de China ser su mayor socio comercial y gane poder, aunque sus intercambios comerciales son asimétricos (materias primas latinoamericanas frente a importaciones de manufacturas) mientras Europa pierde protagonismo e influencia, aunque las empresas españolas continúan su gran apuesta y potencian sus respectivos liderazgos a lo largo y ancho de la región. 

Concluye analizando cómo se tienen que dar ciertas condiciones económicas y sociales para que América Latina viva su gran década, tal como lo postula el presidente de Colombia y el del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sin que estas conclusiones, según el autor, sean ni definitivas ni cerradas, sino abiertas a la reflexión y el debate. 

Tal como afirma en el prólogo el Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, la obra lleva implícita una de las afirmaciones más recurrentes en los foros internacionales sobre el presente y el futuro de América Latina. Se trata de una de las cuestiones sobre las que reflexionan los analistas políticos y los expertos en economía. Porque para la región es importante, muy importante, no equivocar el camino si se quiere seguir avanzando para que eta sea la década de América Latina. 

sábado, 5 de enero de 2013

La ética de los negocios y la crisis en España

Norberto E. García - Consultor Internacional (negarcia@speedy.com.pe) - Augusto Plató

En la Gran Crisis que se inicia en 1929, la enorme caída de la bolsa de EEUU redujo casi a cero el valor de cientos de miles de acciones y bonos. Las empresas así afectadas – particularmente en el sector financiero – se encontraron que su capital neto era cercano a cero o negativo y enfrentaban la bancarrota. Muchos ejecutivos, gerentes y presidentes de directorios de esas empresas, se suicidaron porque se sentían responsables de la enorme pérdida de capital ocasionada a sus empresas y a sus accionistas.
En la crisis iniciada en España en el 2008, los altos ejecutivos y directores de las empresas financieras que se hundieron, no sólo no se suicidaron, si no que siguieron cobrando los jugosos bonos corporativos a pesar de que las empresas que dirigían se habían ido a pique bajo su gestión [1]. En cambio, al enfrentar el desempleo y la falta de ingresos para pagar la mensualidad de la hipoteca, y verse obligados a entregar su vivienda a los bancos, los que se suicidaban (y siguen haciéndolo) fueron las personas que se sintieron dolorosamente abrumadas por la combinación del desempleo y la pérdida de sus viviendas.
Este contraste señala mejor que cualquier análisis, el dramático cambio registrado en la ética de los negocios, entre 1930 y la actualidad. En rigor, entre 1980 y la actualidad porque el cambio se origina en la desregulación del sistema financiero que tiene lugar desde el principio de los años 80’s del siglo XX. La desregulación condujo a una actividad frenética para obtener nuevas fuentes de ganancias, cualquiera fuera su resultado posterior y sin prestar atención alguna a los principios éticos. A principio de los 1980’s las utilidades del sistema financiero constituían aproximadamente un 10 por ciento de las utilidades corporativas registradas en las Cuentas Nacionales de los EEUU. Hacia el 2006, la participación de las utilidades del sistema financiero se había elevado a 40 por ciento.
Este dramático cambio se trasladó también a las empresas productivas de las restantes actividades económicas, y se llegó a la situación de que un director ejecutivo de cualquier empresa, se convenció que debía dirigir la empresa con el ojo puesto en el valor diario de sus acciones en bolsa, y adoptar todas las medidas necesarias en su empresa, para evitar que la cotización de sus acciones cayera y en lo posible, aumentara. A partir de ese cambio, las empresas no se guiaban por criterios de mercados y ventas, por las nuevas inversiones necesarias para la adopción de innovaciones o por criterios de competitividad externa o interna. Comenzaron a guiarse por la cotización de sus acciones. En los hechos, la inversión privada de un sin número de empresas de EEUU. comenzó a guiarse por la adopción de ese nuevo criterio. Lo que implica que la formación de capital de la economía comenzó a depender crecientemente de un Gran Casino – siguiendo las palabras de Lord Keynes en 1936.

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