martes, 10 de abril de 2012

Cáncer: políticas, economía y cultura

El cáncer es una enfermedad –o un conjunto de enfermedades- de tipo crónico degenerativo cuya presencia en la población humana se extiende conforme se modifican los patrones epidemiológicos –cuando se controlan por ejemplo las enfermedades infecto contagiosas- y aumenta la esperanza de vida. Por ello el cáncer tendrá un lugar creciente en la morbilidad y mortalidad de los mexicanos. 

Lo anterior exige políticas para el adecuado combate al cáncer, lo que implica contar con estrategias de prevención y detección oportuna, así como para financiar su tratamiento a lo largo de toda la enfermedad con infraestructura y recursos humanos de calidad distribuidos de forma racional en todo el territorio. 

En el caso de la salud los avances en tecnología, a diferencia de lo que ocurre en otras ramas de la economía, en vez de reducir los costos pueden convertirse en disparadores de la cantidad de recursos requeridos. Me explico: si una sociedad erradica o controla las enfermedades infecto contagiosas a través, por ejemplo, de medidas de higiene adecuada y de vacunación, esa población más adelante se enfermará de padecimientos más complejos y caros de tratar. Así, el avance en la salud se vuelve, más tarde, un nuevo desafío y en la necesidad de mayores recursos. Por lo tanto, hay que reconocer que vamos a requerir cada vez más recursos para el sector salud, pues la población mexicana envejece y se enferma de padecimientos más complicados –cáncer, diabetes- y más costosos. 

Si vamos a necesitar más recursos, ¿cómo usarlos de la manera más eficiente? Para empezar, poniendo énfasis en la medicina preventiva y en la detección temprana. La prevención ha dado resultados: la incidencia del cáncer cérvico uterino se ha reducido en los últimos años –a diferencia de lo que ocurre con los demás tipos- gracias a la ampliación de vacuna correspondiente. 

Pero aún estamos lejos de la detección temprana del cáncer. Un estudio hecho por Mariana Martínez, alumna de la UNAM, sobre los registros de mujeres con cáncer de mama atendidas en el Instituto Nacional de Cancerología con recursos del Seguro Popular, demuestra que sólo el 8% de las pacientes en 2008 se les detectó el padecimiento en las etapas iniciales, que el 62% en etapas avanzadas y que a un 30% en fases que pueden considerarse como terminales. Ello dispara el costo de los tratamientos. 

En lo que hace a la correcta atención durante toda la enfermedad, el Seguro Popular cubre hasta cinco años, pero con frecuencia se presentan recaídas después de ese periodo. 

La cultura hacia el cáncer es clave. El cáncer que más muertes produce en México es el de próstata, recién incorporado a las enfermedades que cubre el Seguro Popular. Aún quedan por desplegar campañas para que los procedimientos para la detección del cáncer de próstata dejen de ser motivo de sorna en una cultura machista y se vuelva un tema que genere comprensión, solidaridad y atención como ocurre con el cáncer de mama.

Ciro Murayama Rendón, artículo publicado en El Universal (México)

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