viernes, 24 de agosto de 2012

Las estadísticas del IRPF 2010 y los rendimientos del trabajo

Domingo Carbajo Vasco - Augusto Plató

Recientemente, la Agencia Estatal de Administración Tributaria (en adelante, AEAT) ha publicado los primeros resultados de las estadísticas correspondientes a la declaración-liquidación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (en adelante, IRPF) del ejercicio 2010, declarado en 2011. 

El lector interesado en las mismas puede encontrarlas, accediendo al portal de la AEAT, www.agenciatributaria.es, vía la pestaña “Estadísticas Tributarias”. 

Ciertamente, habrá que esperar algunos meses antes de disponer de una información más exhaustiva sobre la incidencia de esta declaración (la penúltima en la historia del IRPF, pues acabamos de realizar la correspondiente al período 2011, en junio de 2012), pero los datos publicados ya han sido objeto de cierta atención en diferentes medios de prensa e interesa exponer algunos resultados de la misma, pues reflejan adecuadamente la evolución de las rentas del trabajo en el citado año 2010. 
 
En otro orden de cosas y para un análisis exhaustivo de las declaraciones del IRPF, remitimos al lector a una fuente estadística relevante sobre la actividad de las Administraciones Públicas españolas. Nos referimos a BADESPE, la Base de Datos que sobre este particular elabora el Instituto de Estudios Fiscales, www.ief.es
 
La primera conclusión del IRPF 2010 es que la crisis económica se está traduciendo (como no podía ser por menos) en los impuestos. 
 
Así, tal y como ya sucedió en el año 2009, el número de liquidaciones del IRPF ha disminuido respecto del período anterior. 
 
¿Qué declarantes han “desaparecido”, es decir, no han dispuesto siquiera de los mínimos ingresos necesarios para declarar el impuesto?
 

Pues son dos los grupos afectados por tal circunstancia: los trabajadores, que pierden 50.000 declarantes y los autónomos, tanto no agrarios y, quizás más sorprendentemente, los no agrícolas. 

Además, esta minoración de empresarios en estimación objetiva se enfrenta a un ligero aumento de los autónomos que declaran en estimación directa; sin duda, muchos trabajadores otrora dependientes, vinculados al sector de la construcción que se han visto forzados, para seguir en la actividad económica, a actuar como empresarios. 
 
De esta forma, tenemos:
 
Cuadro 1. Evolución de los conceptos generales del IRPF 2009/2010
Fuente: AEAT.
Sin embargo, la presión fiscal sobre las rentas del trabajo, a pesar del descenso en las mismas, se ha incrementado, mediante el sencillo instrumento de elevar las retenciones y tipos, lo cual ha traído consigo que la caída de la recaudación no haya sido tan pronunciada. 
 
Por el contrario, a pesar del aumento porcentual de los tipos y retenciones sobre las rentas del capital, la aportación de esta modalidad de rentas al IRPF ha disminuido, tal y como demuestra el siguiente Cuadro.
 
Cuadro n º 2. Evolución de la cuantía de las retenciones sobre fuentes de renta, 2009/2010

Cifrasde totales expresadas en millones de euros. Fuente:AEAT.

Por otra parte, se ha incrementado, todavía más, el peso porcentual de las rentas del trabajo entre las modalidades de rentas declaradas en el IRPF, así tenemos:
 
Cuadro n º 3. Datos generales de las rentas más importantes en el IRPF, ejercicio 2010

Lascifras del importe están redondeadas en millones de euros. Fuente:AEAT.
Baste con observar la enorme diferencia entre la renta media declarada por los trabajadores y la que figura como declaración de la actividad empresarial, la primera muy próxima, además, al salario medio de un trabajador español, según otras fuentes (aunque no son comparables, porque el concepto de “renta del trabajo” en el IRPF abarca partidas muy diversas), para darse cuenta de la capacidad para reducir las rentas empresariales que tiene el sistema denominado de estimación objetiva y que, como ya sospechábamos, son los contribuyentes que tienen como fuente de renta principal los rendimientos del trabajo, los que soportan el peso del impuesto. 
 
Por otro lado, apenas 5.189 declarantes afirman superar una renta de 600.000 euros (los ricos tienen sociedades, no son personas “físicas”, sino entidades abstractas y evanescentes, como todo el mundo sabe), aunque su media de renta declarada asciende a 707.774,85 euros, mientras que el tramo de base imponible declarada más nutrido, la moda, se sitúa entre 12 y 21.000 euros, con 2.988.519 contribuyentes; seguido por muy de cerca por el tramo entre 30 y 60.000 euros, con un volumen de obligados tributarios de 2.864.563. 

En suma, como ya todos sabíamos: pagamos los de siempre y las rentas del trabajo más. 

Si el lector necesita más confirmación para seguir con su ascesis y corroborar lo que ya, intuitivamente, conocía, le remitimos, nuevamente, a las fuentes estadísticas ya enunciadas al principio de esta nota.

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