jueves, 12 de septiembre de 2013

Formación y paro estructural: la necesidad de las políticas activas

Manuel Pérez Trujillo, FPI-UAM - Augusto Plató

El desempleo de larga duración se ha convertido en el principal problema a resolver por parte de los policy makers. Éste ya afecta al 60 por ciento de todos los parados y, de entre éstos, de nuevo el 60 por ciento se encuentra en el paro durante al menos dos años. Esta situación deriva en el deterioro de las cualidades de los afectados, deteriorando sus conocimientos, a la vez que perdiendo experiencia, lo que en definitiva conlleva a la devaluación del capital humano disponible, recurso indispensable para el desarrollo económico.  

Bien es sabida la necesidad de sostener programas orientados a mejorar y actualizar la formación de los parados de larga duración como elemento clave para mejorar sus oportunidades de cara a obtener un empleo. Las características del modelo de crecimiento económico anterior a la crisis, basado en sectores intensivos en mano de obra y de medio-bajo nivel de cualificación, y el profundo efecto que la crisis ha tenido en los mismos, hace necesario que la mano de obra que ha perdido su empleo sea orientada hacia sectores que requieren de unas cualidades diferentes, siendo para ello la formación un elemento clave.

A continuación se muestra un sencillo análisis econométrico sobre la incidencia que la cualificación ha ejercido sobre el desempleo de larga duración en la presente crisis, siendo considerado como paro de larga duración aquellos desempleados que llevan en esta situación, al menos, durante el último año. Para ello, se aplica un modelo de datos de panel para las 17 comunidades autónomas (excluyendo a Ceuta y Melilla del análisis) en el periodo correspondiente entre el primer trimestre de 2008 y el cuarto trimestre de 2012 –último año completo de la serie-. Los datos son obtenidos de la Encuesta de Población Activa (INE). Éstos se encuentran desestacionalizados[1] y se aplican logaritmos neperianos en todas las variables, estimando así las elasticidades entre las mismas. La ecuación a estimar es:
La variable "paro duradero", utilizada como dependiente, se divide en tres componentes:

1) parados que llevan en esta situación más de un año,

2) parados que llevan en esta situación más de un año y menos de dos años y

3) parados que llevan en esta situación más de dos años,

dando lugar a tres estimaciones diferentes. Las estimaciones quedan explicadas por:

  • un efecto fijo () individual para cada región “i” –Fixed Effects- y
  • un efecto temporal () que se asocia con todos aquellos factores inobservados que afectan de igual forma a todas las regiones y que son diferentes en los “t” trimestres analizados.

Asimismo, el paro de larga duración queda explicado por la proporción de parados sobre el total que son analfabetos o tan solo poseen educación primaria (baja_form) -siendo esta la relación principal a observar en el análisis-, así como por un conjunto de variables de control que ayudan a mejorar el carácter explicativo del modelo. Las variables de control utilizadas se asocian con:

a) La proporción de parados sobre el total que son mujeres –en logaritmos neperianos- (muj).

b) La proporción de parados sobre el total que son menores de 25 años –en logaritmos neperianos- (men_25).

c) La proporción de parados sobre el total que son mayores de 55 años –en logaritmos neperianos- (may_55).

d) La proporción de activos sobre el total que son extranjeros –en logaritmos neperianos- (extr).

e) Tasa de paro –proporción de parados sobre el total de activos- en logaritmos neperianos (lu).

Las cuatro primeras variables se introducen como medida de la posible discriminación que pueden llegar a sufrir estos individuos en el mercado laboral, pudiendo con ello afectar al paro duradero. La última se incluye para ver cuál es el efecto del paro en el periodo anterior sobre el paro de larga duración, dando una visión de la facilidad con la que un individuo en desempleo en el periodo actual puede salir de esta situación en el periodo siguiente.

Los resultados obtenidos en el análisis indican (véase la tabla adjunta) que el paro de larga duración se ha visto afectado de forma positiva por el efecto de la baja formación de los parados en la presente crisis económica, siendo este resultados significativo para los parados que llevan entre 1 y menos de 2 años en esta situación, obteniendo una elasticidad próxima al 0,3271 por ciento. Este resultado indica que por cada incremento del 1 por ciento en la proporción de parados con baja cualificación sobre el total de parados, el desempleo de larga duración aumenta en un 0,327 por ciento, habiendo, por tanto, una relación positiva y significativa entre ambas variables.
*: Significativo al 90 por ciento, **: Significativo al 95 por ciento y ***: Significativo al 99 por ciento. Todos los modelos utilizan una matriz de varianzas/covarianzas de los coeficientes robusta.
Sin embargo, esta relación no es significativa para aquellos individuos que se encuentran en desempleo durante 2 años o más. Este resultado indica que la formación es un elemento clave durante el periodo más temprano del desempleo, siendo fundamental actuar entre el primer y segundo año del paro en la formación de los individuos para mitigar su situación y mejorar sus posibilidades de empleo. En este sentido, se observa que en el desempleo de más largo plazo –dos o más años en esta situación- la formación deja de ser relevante, pudiendo actuar otros factores no tomados en consideración en el modelo que afecten a la posibilidad que tienen los individuos afectados por esta situación en encontrar un empleo. 

En cuanto a los coeficientes estimados para las variables de control, se observa una relación positiva y significativa para las mujeres con relación al paro duradero en todos los niveles, siendo éste un grupo objeto de discriminación en el mercado laboral. En cuanto a los parados de mayor edad -55 años- el efecto del paro duradero es negativo y significativo para el paro de entre 1 y menos de 2 años, pudiendo destacar los programas de apoyo a la integración de este colectivo en el mercado de trabajo. Por otra parte, se observa un coeficiente negativo del número de activos extranjeros sobre el total con respecto al paro de entre 1 y menos de 2 años. Esta relación puede ser explicada por el efecto del retorno a los países de origen, teniendo que, una vez que el trabajador extranjero se encuentra en situación de desempleo durante un largo periodo de tiempo, éste puede optar por regresar a su país, disminuyendo su peso sobre la actividad total. Por su parte, se observa que el colectivo de parados menor de 25 años no posee una relación significativa con respecto al paro duradero en los modelos estimados, no pudiendo descartar que este colectivo no afecte al paro de larga duración. En último lugar, el paro en el momento actual afecta de forma positiva sobre el paro duradero en todos los niveles, mostrando este hecho una baja posibilidad de encontrar un puesto de trabajo una vez que se entra al desempleo en la presente crisis económica.

Los resultados obtenidos confirman la necesidad del fomento de políticas activas orientadas a mejorar la formación de los afectados por el paro de larga duración, especialmente en el periodo más temprano de la situación de desempleo –entre los primeros dos años de paro-. Asimismo, la necesaria integración de éstas en el desarrollo de un nuevo modelo productivo será un apoyo fundamental para impulsar la productividad –laboral- y la competitividad de la economía, mejorando de forma simultánea la cohesión social.
[1] El método de desestacionalización utilizado es el multiplicative seasonal adjustment aplicado con X12-ARIMA, ver Fok, Franses and Paap (2005), Performance of Seasonal Adjustment Procedures: Simulation and Empirical Results. Research Paper Econometric Institute, Erasmus University Rotterdam 30/2005.

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