viernes, 3 de mayo de 2013

Ni brotes ni verdes

Ana I. Viñas - Augusto Plató

Hemos llegado al Día Internacional del Trabajo este año 2013, con peores noticias que en los años anteriores. Únicamente el fatídico 2009 muestra cifras de recesión y destrucción de empleo más profundas que las vistas estas semanas en los indicadores publicados.

La Encuesta de Población Activa arrojó una tasa de paro desconocida del 27,16%, con una nueva caída del empleo del 4,6%, donde ya llueve sobre mojado (desde el primer trimestre de 2012 se acumulan descensos de la ocupación sucesivos superiores al 4%). Ya no se salva nadie, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, nacionales y extranjeros, en todos los sectores de actividad, privados y públicos; para todos ellos (nosotros), el desempleo avanza y se extiende como una mancha. 

El 30 de abril el INE publicó el indicador adelantado del PIB para el primer trimestre de 2013. Otra cifra negativa, esta vez el descenso interanual es del 2%, mayor que el del último trimestre de 2012 (-1,9%), encadenando cinco trimestres seguidos de recesión, es decir, casi el mismo tiempo que cuando llegó la ola de la crisis, entre finales de 2008 y mitad de 2010.

Evolución del empleo y del PIB en España durante la recesión (%)
Fuente: Augusto Plató a partir de EPA y Contabilidad Nacional Trimestral de España (INE).

Y las previsiones siguen sin apuntar nada bueno. Entre las más recientes, procedentes del Fondo Monetario Internacional, en su informe sobre “Perspectivas de la Economía Mundial” (confirmadas por las previsiones de primavera publicadas por la Comisión Europea) señalan una caída anual del PIB de 1,5% para 2013; y lo que es peor, una estimación de la tasa de paro del 27%, que confirma que la realidad (repito, con una tasa del 27,16% para el primer trimestre de 2013) supera la ficción.

Pero encontramos otros países con pronósticos pesimistas. Alemania no logra remontar y Francia, Italia y el conjunto de la Zona Euro continúan en cifras negativas. Con este comportamiento del entorno, será difícil que la demanda externa española consiga arrastrar al conjunto de la economía.

Y en este contexto, el Gobierno aprueba el Plan de Estabilidad (2013 – 2016) y el Programa Nacional de Reformas 2013, asegurando que “la economía española sienta las bases de la recuperación y la creación de empleo”, que según el Gobierno llegará en 2014. Difícil de creer a la vista de las cifras publicadas dentro y fuera del país. La economía no es una ciencia exacta, pero tampoco oculta. La ecuación es clara: un descenso de la demanda interna de consumo e inversión más la intensificación de los recortes públicos, con una demanda externa débil, es igual a un menor empleo y, por consiguiente, a un aumento del paro.

Podremos celebrar que la prima de riesgo se mantenga por debajo de los 300 puntos, pero no hay que engañarse, esta variable no forma parte de un cuadro macroeconómico básico y su evolución en ningún caso es indicio de la recuperación real de una economía. Actividad y empleo seguirán siendo las protagonistas de la medición de la salud y sostenibilidad de la economía de un país. Y, por desgracia, de momento, lo dicho y visto: ni brotes ni verdes.

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