martes, 16 de octubre de 2012

¿Más austeridad fiscal con menos crecimiento económico y empleo?

Norberto E. García - negarcia@speedy.com.pe

La presentación en octubre 2012 del World Economic Outlook del FMI, ha generado ya controversias en la Comisión Europea y en los Gobiernos de Europa porque ha incorporado un análisis empírico del efecto de los recortes fiscales.

Un primer aspecto a considerar, es que el mencionado informe del FMI presenta proyecciones con una mayor contracción del PIB de España para el 2012 y 2013 en comparación con las cifras del Gobierno Español. También la EUROSTAT y la OCDE plantean proyecciones similares, como puede observarse a continuación.

El Señor De Guindos ha sostenido recientemente que este horizonte más recesivo se explica por razones externas a España. Pero omite decir que la mayoría de los países de la Unión Europea están aplicando desde hace años la receta de la austeridad fiscal extrema promovida por Alemania y Bruselas con el consiguiente impacto recesivo en toda Europa, que se ha ido difundiendo hacia el resto del mundo. Por consiguiente son las políticas que el actual gobierno español ha adoptado – con otros países de Europa – las que han generado el entorno externo recesivo del que habla el Sr Guindos. Pero hay algo más importante. 

El Informe del FMI que venimos comentando incluye por primera vez una estimación empírica basada en información de 28 países de los efectos de los recortes fiscales sobre el crecimiento económico. Esto implica una estimación del rango dentro del cual se mueve el multiplicador fiscal – definido como la variación en el PIB por unidad de variación en el gasto público. El Informe del FMI descubre que antes de la Gran Crisis recesiva del 2007-09 no se prestaba atención al efecto multiplicador aunque implícitamente se asumía que era muy bajo – en torno a 0,5 lo que implicaba que un recorte fiscal equivalente a 1% del PIB generaba un descenso de 0,5 % en el PIB. Pero el Informe del FMI destaca que después de la Gran Crisis Recesiva del 2007-09 y hasta la actualidad, la estimación empírica efectuada señala que el multiplicador fiscal se mueve dentro de un rango mucho más elevado: entre 0,9 y 1,7 por ciento. En este caso, un recorte de gasto público equivalente a 1% puede provocar una contracción del PIB cercana a 1,7 % (1).

Este hecho es crucial porque una política sistemática y generalizada de recortes de gasto público conduce a una contracción económica en gran parte de los países europeos que la están aplicando. Este es uno de los factores que explican por qué las estimaciones del FMI presentan un escenario más contractivo que las proyecciones del Gobierno Español. Este último no toma en cuenta la mayor magnitud del multiplicador del gasto fiscal y por consiguiente el mayor efecto contractivo del recorte de gasto público. 

El Informe del FMI señala otro aspecto clave para el debate español: sus estimaciones le permiten sostener que España no podrá cumplir las metas de Déficit Público/PIB para el 2012 y 2013 acordadas con la Eurozona. Para el FMI, España alcanzará un Déficit Público/PIB de 3% recién en el 2017. Esto conduce a una hipótesis. Si las metas no se cumplen, es probable que las autoridades de la Eurozona presionen por su condicionalidad, y esto obligue al Gobierno Español a aplicar recortes adicionales y alzas de impuestos antes de fines del 2012 y nuevamente en el 2013. Si esto fuera así, el efecto de esos nuevos recortes operando con multiplicadores fiscales más elevados, contraería el PIB del 2012 y 2013 en un porcentaje mayor al presentado al principio de esta nota. Así, por ejemplo, frente a nuevos recortes la contracción para el 2013 sería aún más intensa que el – 1,3 por ciento señalado en el Informe del FMI. Esto, probablemente, extendería la recesión al 2014. 

En síntesis, como muchos han venido argumentando dentro y fuera de España, una política de austeridad extrema aplicada en forma generalizada en un contexto recesivo, trae sin duda como consecuencia una tendencia contractiva más profunda y prolongada por las razones expuestas. El costo para la población española de la terquedad con que se aplica este enfoque tenderá sin duda a elevarse aún más. 

Pocas veces se ha visto en la historia económica cómo la terquedad ideológica, carente de toda base empírica y científica, se impone en un continente del tamaño económico de Europa y se mantiene a lo largo del tiempo pese a que todos los países en que se aplica se hunden año tras año en una contracción recesiva. Pareciera indispensable un debate más decisivo que coloque al liderazgo de Europa frente a la responsabilidad de responder por el desastre generado. 

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(1)/ Los economistas keynesianos, neo keynesianos y post keynesianos siempre sostuvieron el argumento que en situaciones recesivas y con trampa de la liquidez – en la que una tasa de interés muy baja no estimula la actividad económica – una política de fuertes recortes fiscales generaría una contracción recesiva porque en ese contexto el multiplicados fiscal sería más elevado y por consiguiente conduciría a fuertes caídas del PIB. Pero sus argumentos fueron ignorados por considerarlos una macroeconomía de escaso valor.

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